Adaptación al cambio climático, ¿una cuestión urgente?
Extraido de sustentador.com
Ante
problemas como la pobreza, el desempleo, la desnutrición infantil o la
falta de vivienda, una cuestión como el cambio climático parece ser de
segunda importancia, y en efecto, es relegada a segundo o tercer plano
por los gobiernos y la población.
¿Cómo pensar en adaptarnos
al cambio climático cuando tantos otros problemas son urgentes en
nuestro país y en el mundo? Sin embargo, esta manera de pensar es
consecuencia de una falta de información y conciencia sobre los
verdaderos efectos, presentes y futuros, del aumento global de la
temperatura promedio de nuestro planeta.El cambio climático afecta múltiples dimensiones de la sociedad y sus impactos van a agravarse en el futuro próximo y lejano. La intensidad de sus consecuencias depende de nuestra capacidad de adaptación y de nuestro compromiso para mitigar sus causas.

Adaptación al cambio climático, ¿una cuestión urgente?
El cambio climático es un proceso producto de la actividad del hombre. El clima de la Tierra ha cambiado muchas veces a lo largo de millones de años en respuesta a causas naturales. Sin embargo, desde principios de 1900, el clima se ha alterado rápidamente debido a causas antropogénicas. El aumento de las temperaturas medias es evidente en todo el mundo y hay pruebas científicas convincentes de que la mayor parte del calentamiento observado en los últimos 50 años se debe a actividades humanas. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el incremento en el consumo de alimentos, bienes materiales y combustibles fósiles está superando al capacidad de nuestro planeta de sostenernos (carrying capacity).
El cambio climático es producido por un fenómeno llamado “efecto invernadero” que consiste en el calentamiento de la superficie de la tierra debido a que ciertos gases suspendidos en la atmosfera “atrapan” el calor del sol y lo reflejan nuevamente a la tierra. Estos gases se denominan “gases de efecto invernadero” (GEI) y su alta y creciente concentración en la atmósfera es lo que conduce al cambio climático. Una de las principales causas de la alta concentración de GEI en la atmósfera es la deforestación de bosques, que absorben grandes cantidades de dióxido de carbono (uno de los GEI más abundantes), para dedicarlos a la agricultura y ganadería, actividades que a su vez liberan grandes cantidades de GEI en el aire. A su vez, la emisión de GEI por la industria y el transporte es otro de los grandes causantes del cambio climático. Si el hombre no detiene estas actividades y las remplaza con métodos más sustentables, el cambio climático puede tener consecuencias aun más nefastas para la humanidad.

Adaptación al cambio climático, ¿una cuestión urgente?
La temperatura promedio de nuestro planeta ya ha aumentado 1.4 °C en el último siglo y es inevitable que aumente hasta 2°C, en el mejor de los panoramas. Como resultado, los polos se derriten y por lo tanto aumenta el nivel del mar amenazando a asentamientos costeros, aumentan las sequias en regiones áridas, cambia el caudal de los ríos, se intensifican las olas de calor, se producen migraciones masivas (e incluso desaparición) de especies animales y vegetales y aumenta el volumen y frecuencia de las precipitaciones causando graves inundaciones. A su vez, se producen otros efectos menos evidentes tales como la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos y el aumento de la velocidad de propagación de enfermedades transmitidas por vectores tales como el paludismo (dengue) o la malaria ya que los mosquitos se reproducen con mayor velocidad y cantidad en altas temperaturas.
Muchas de estas consecuencias pueden ser atenuadas si la humanidad se pone de acuerdo (principalmente los países desarrollados) en mitigar la emisión de GEI y detener la tala indiscriminada de áreas forestadas. Sin embargo, más allá de un acuerdo mundial de mitigación, muchos de estos efectos son inevitables y la adaptación al cambio climático una necesidad imperiosa.
El cambio climático no es inminente, el cambio climático está sucediendo ahora mismo y sus consecuencias ya son realidad alrededor del mundo y en nuestro país. Según la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, en el noreste y en el centro argentino hubo un aumento de las precipitaciones medias anuales en los últimos años que generó crecidas de los caudales de los ríos, con excepción de aquellos que se originan en la Cordillera de los Andes. A si mismo, se registró un considerable aumento de la frecuencia de precipitaciones extremas en gran parte del este y centro del país. En la zona cordillerana de la Patagonia, se registró un aumento de más de un grado, en la temperatura promedio, con el consiguiente retroceso de la mayoría de los glaciares andinos. A su vez se registró un secular retroceso de los caudales de los ríos que se originan en la cordillera en las provincias de San Juan, Mendoza, Río Negro y Neuquén, probablemente ocasionado en la disminución de las precipitaciones. Por otro lado, el cambio climático también ha afectado el litoral marítimo, a través del aumento de la temperatura del océano, cambios en la circulación de las corrientes marinas y aumento de la erosión costera. Estos fenómenos tienen graves consecuencias para la situación social, económica y sanitaria de la Argentina.
El cambio climático no es un problema aislado e independiente a los problemas sociales y económicos del país, sino que por el contrario, sus consecuencias potencian la situación de pobreza, marginalidad e inseguridad de la población y por lo tanto no puede ser considerado como un tema aislado. Los fenómenos descriptos generaron y van a generar importantes consecuencias económicas y sociales tales como daños a la infraestructura, la seguridad y la salud de las poblaciones urbanas por inundaciones, vientos destructivos y granizo, anegamiento de campos productivos, variabilidad impredecible de los rendimientos agropecuarios, reducción de actividades económicas como pesca y turismo en zonas costeras, entre otros. Por otro lado, el cambio climático también genera consecuencias positivas tales como la expansión de la frontera agrícola en la zona periférica a la región húmeda tradicional y el aumento de la generación de energía hidroeléctrica debido al aumento de las precipitaciones y del caudal de los ríos en el centro y noroeste del país. Sin embargo, en tanto no se tomen medidas de adaptación inmediatas y efectivas, los efectos negativos del cambio climático en Argentina continuarán generando graves consecuencias para nuestra población y para la situación económica, social y sanitaria del país.
Adaptarnos al cambio climático es indispensable y urgente. El aumento de la temperatura promedio de nuestro planeta, llamado cambio climático, tiene actualmente y en el futuro, consecuencias que afectan gravemente a la sociedad y al medio ambiente. Ante este escenario, reducir la vulnerabilidad a estos efectos es no únicamente una necesidad urgente, sino también una medida inteligente ya que adaptarnos ahora permitirá evitar enfrentar costos económicos y humanos mucho más altos en el futuro cercano. Los planificadores deben tomar la iniciativa de adaptación para aprovechar las ventajas que el cambio climático pueda ofrecer (tales como la extensión de la frontera agrícola) y mitigar sus peores efectos, tales como inundaciones, sequias y propagación de enfermedades. Lo más importante que debemos entender sobre el cambio climático es que muchas de sus consecuencias son inevitables y por lo tanto, los costos de la inacción son mucho más altos que los costos de la adaptación.
Referencias:
America’s Climate Choices: Panel on Adapting to the Impacts of Climate Change; National Research Council (2010), Adapting to the Impacts of Climate Change, ISBN: 0-309-14592-9. Disponible en: www.nap.edu
IPCC (2007), climate Change 2007: synthesis Report, Valencia, Spain, 12-17 November 2007. Disponible en: http://www.ipcc.ch/pdf/assessment-report/ar4/syr/ar4_syr.pdf
Secretaria de Ambiente y Desarrollo sustentable de la Nación (2009), El Cambio climático en la Argentina, Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) hacia la Dirección de Cambio Climático, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Disponible en: http://www.ambiente.gov.ar/archivos/web/UCC/File/09ccargentina.pdf
Susskind, Lawrence (2010), Policy & Practice: Responding to the risks posed by climate change. Cities have no choice but to adapt, TPR, 81 (3), Massachusetts Institute of Technology, Cambridge.
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